Un camino bordeado de naranjos te lleva desde el restaurante en la terraza del hotel hasta la entrada del el Huerto de Atzaró. Una vez allí, tu vista se expande para abarcar un vasto jardín de tres hectáreas, un deleite con paseos flanqueados por olivos y cipreses, adornados con verduras trepadoras y flores en cascada. Acogedores rincones románticos y grandes huertos estallan con la abundancia de la naturaleza, celebrando su esencia vital y su contribución al bienestar.
Los paseos te envuelven en una belleza floral en cascada; higueras cargadas de frutos maduros, coloridas hileras plantadas, cada rincón y espacio rebosando con la belleza natural. Maracuyás, manzanas, aguacates, granadas, lechugas, berenjenas, calabacines, tomates y hierbas aromáticas crean un cálido resplandor en el corazón mientras los experimentas a tu alrededor. Este espacio, que te lleva en un viaje sensorial de asombro, te guía a través de buganvillas y jazmines enredados, pasando por un estanque ornamental, un bar a la sombra de los árboles y una gran plaza central enmarcada por palmeras, perfecta para bodas campestres y elegantes, cenas románticas rústicas y un cine al aire libre por la noche.
La vasta experiencia hortícola también alberga 200 paneles solares que generan la energía necesaria para la parcela de tres hectáreas y para todo el hotel. El suministro de agua más puro proviene de los pozos ubicados en la propiedad. Esta combinación de agua y electricidad, derivadas de la naturaleza, hace que el hotel sea sostenible, en línea con su concepto y filosofía de respeto al medio ambiente.
El jardín está plantado con variedades tradicionales y utiliza sistemas ecológicos internos, agua del pozo de la finca y electricidad de los paneles solares in situ. Este proceso cuidadosamente diseñado produce verduras, frutas y hierbas de temporada, que sirven como ingredientes para los restaurantes del hotel y su concepto gastronómico de la granja a la mesa. Agroturismo Atzaró tiene profundas raíces agrícolas, con generaciones de la misma familia trabajando la tierra. Ahora, los visitantes de la finca pueden disfrutar de esta experiencia transmitida a lo largo de generaciones, de este conocimiento y de esta nutrición natural.
